miércoles, 28 de abril de 2010

EL VINO Y LA SALUD

1- EL VINO ES BUENO PARA LA SALUD: Definitivamente es bueno para la salud. Bebido con moderación y respetando ciertos criterios, está debidamente demostrado que el consumo de vino produce una serie de beneficios provechosos para la salud, ayudando, en muchos casos, a prevenir enfermedades, y en otros, a la curación y alivio de ciertos males.
2- EL VINO ES BUENO PARA LA SALUD DESDE SIEMPRE: El vino es tan antiguo como el hombre y desde su descubrimiento, seguramente casual, ha sido apreciado por sus propiedades terapéuticas, por sus bondades alimenticias y por sus virtudes de curación de los males del alma. El vino figura en los 1ºs textos de la medicina tradicional como remedio desinfectante, somnífero o narcótico, y como “tónico para la mente y el cuerpo, antídoto para la pena y la fatiga, productor de hambre, moderador de la digestión y creador de felicidad “.
3- EL VINO ES BUENO AHORA, ANTES NO: Desde sus orígenes el vino estuvo siempre asociado a la nutrición y a la salud. Luego se relacionó su consumo con los problemas de alcohol y es comprobado solo en las últimas décadas que se han investigado y comprobado sus propiedades terapéuticas y sus efectos curativos, La prueba más contundente de las diferencias entre el consumo de vino y de alcohol, se realizó en 1980: se puso un grupo de ratas en un laberinto y a una parte se le suministró vino de 10 grados y al otro una solución con 10 grados de alcohol. Cuando se recuperaron de la embriaguez, las ratas que consumieron vino salieron del laberinto sin problemas y sin lesiones en el organismo, mientras que el grupo que consumió alcohol, no pudo salir del laberinto o bien tuvieron problemas para hacerlo, y presentaron varias lesiones en los tejidos.
4- EL VINO ES BUENO PARA TODO: Ni tan así, pero las investigaciones recientes han confirmado el potencial terapéutico del vino, tal como se descubrió hace miles de años. Las publicaciones médicas especializadas están llenas de estudios que confirman sus bondades en la prevención o tratamiento de determinadas enfermedades. El vino, especialmente el tinto, bebido con moderación puede acelerar la recuperación tras una intervención quirúrgica, actuar como antiinflamatorio, aliviar dolores artríticos, aliviar la depresión, combatir el estrés, el herpes, la caries, los resfriados, destruir el virus de la poliomielitis, disminuir el riesgo de contraer degeneración macular, el mal de Alzheimer, el mal del Parkinson, elevar el nivel de colesterol bueno HDL-2, estimular el apetito, estimular la pérdida de peso, evitar el apelmazamiento de las plaquetas, evitar enfermedades a los riñones, la formación de trombos, los infartos, diferentes tipos de cáncer, evitar o disminuir la oxidación del LDL, mejorar el funcionamiento general del organismo, la eficiencia de la insulina, la función endotelial estimulando la producción de oxido nítrico, mejorar las funciones pulmonares, , prevenir la osteoporosis prolongar la vida, proporcionar una mejor calidad de vida, proteger de las enfermedades cardiovasculares, gastrointestinales ( por su acción bactericida ), reducir el riesgo de cálculos biliares, cálculos renales, problemas de próstata, la hipertensión, reducir los niveles sanguíneos de colesterol LDL, retardar el deterioro cerebral que ocurre con la edad, … y quién sabe qué otras cosas más que aún están por descubrirse. Todas estas afirmaciones están respaldadas por sus correspondientes estudios científicos publicados internacionalmente.
5- ¿MIENTRAS MAS VINO, MEJOR?: De ninguna manera, ya que consumido en exceso puede generar problemas de adicción con consecuencias negativas para la persona y su entorno. Para que sea beneficioso para la salud, el vino debe ser consumido con moderación en cantidades razonables conforme a las condiciones de tolerancia de cada individuo, en una dosis que puede ser de uno a cuatro copas al día. Debe ser ingerido sólo con las comidas y en forma regular, todos los días.
6- SABER BEBER: Para beber, hay que saber beber. La tolerancia del alcohol depende mucho de la manera y el momento en que se bebe. El vino se consume con las comidas y el hecho de beber con el estómago lleno ayuda a una absorción más lenta del alcohol, y a que se metabolice de forma gradual, sin grandes concentraciones en la sangre.
7- CONSEJOS PARA BEBER: Comer postre y beber café. Azúcar, carbohidratos y vitamina B ayudan a hacer más lenta la absorción del alcohol en la sangre, por lo que un postre al final de una comida abundante en vinos, siempre es bienvenido por el hígado. La cafeína también retrasa la absorción del alcohol, por lo que una taza de café e incluso antes de la comida, ayuda. También el ácido linoléico, presente en el aceite de oliva y otros aceites, limita los efectos negativos del alcohol. No beban en ayunas. Beban lentamente. Beban con conocimiento. Disfruten del vino que beban.
8- DIVERSIDAD DE VINOS EN LAS COMIDAS: Cambiar de un vino a otro no produce alteración alguna. Lo que daña es el exceso. Hay personas que sienten cierta opresión en la cabeza cuando beben determinados vinos, es probable que se deba al contenido de dióxido de azufre o sulfitos que pueda tener ese vino.
9- PROPIEDADES DE LOS VINOS: No todos tienen las mismas propiedades. La mayor parte de los beneficios del vino vienen de los polifenoles. Las cepas más ricas en polifenoles son: nebbiolo, pinot noir, syrah, tempranillo, merlot, cariñan, cabernet sauvignon, carménère, cabernet franc, sangiovese, monastrell, montepulciano, boval. Los vinos tintos tienen más polifenoles por el contacto del mosto con el hollejo y las semillas de la uva. Los vinos blancos tienen mayor concentración de ácidos hidroxinámicos.
10- HIPOCRATES Y EL VINO: Hipócrates está considerado el padre de la medicina, y ya en el siglo IV a.C. recomendaba vino para el tratamiento de las heridas, para reducir la fiebre, como diurético y como purgante. Decía que era “una excelente medicina, tanto para el hombre sano como paras el enfermo, siempre que se tome en el momento adecuado y con el debido sentido común. Las cosas se convierten en medicina sólo cuando se aplican en el momento oportuno. Si el vino se da oportunamente es una medicina, si, por el contrario, se le hace beber a un enfermo, ya no se llama medicina, sino causa de enfermedad”. Para Hipócrates la causa de las enfermedades son la melancolía y la tristeza, por lo que recomendaba beber vino ya que “dilata el bazo y devuelve el buen humor”.
11- PASTEUR Y EL VINO: Pasteur ha sido el científico que más ha hecho por el vino con sus investigaciones sobre la fermentación y las levaduras. “El vino es la más saludable y la más higiénica de todas las bebidas”, escribió en 1866 cuando publicó su obra más famosa “Estudios sobre el vino, sus enfermedades, causas que la provocan y nuevos procedimientos para su conservación y envejecimiento”. Inventó el método de pasteurización que se aplica hoy en día en una serie de productos, especialmente la leche.
12- MOMENTOS PARA BEBER VINO: Lo recomendable es beber vino con las comidas, ya que el cuerpo absorbe más lentamente el alcohol con el estómago lleno que con el estómago vacío. En ayunas, el organismo comienza la absorción de alcohol a los cinco minutos de su ingesta, y a los diez minutos ya ha absorbido más de la mitad, lo que obliga al hígado a trabajar a un ritmo superior a sus capacidades. El vino que se consume con las comidas, con el estómago lleno, tarda de dos a seis horas en ser asimilado por el organismo, por lo que el alcohol se metaboliza de forma gradual sin grandes concentraciones en la sangre.
13- LA DOSIS ADECUADA: La absorción de alcohol del organismo depende mucho del estado de salud, de nutrición, de peso y de sexo del individuo. Según la OMS, un individuo de 80 kilos tolera bien una dosis diaria de 80 gramos de alcohol, lo que equivale a una botella de vino. “En teoría –dice el Dr. G.Calíbrese- los márgenes nos permiten beber un litro de vino al día, pero es sensato no consumir más de 700 ml. De esta manera se permite que el vino exprese mejor su acción positiva en asociación con la comida”. La dosis más recomendada es de medio litro por día. Esta dosis en las mujeres debe reducirse en un 20%, ya que por su menor masa corporal y menor cantidad de agua en sus tejidos, se produce una mayor concentración de alcohol en la sangre. Ya en 1904, el Dr. Gautier, de la Academia de Medicina, establecía que “el vino es un alimento precioso, siempre que no sobrepase la dosis de un gramo de alcohol por kilo de peso y por día”. Para una persona de 80 kilos, no debe sobrepasar más de tres cuartos de litro al día.
14- 5 MANDAMIENTO DE SABER BEBER:
· Beber vino tinto porque es rico en taninos.
· Beber por placer y la salud.
· Beber solo durante las comidas.
· Beber muy lentamente.
· Beber un vaso por comida las mujeres y dos los hombres.
15- VINO Y ALCOHOLISMO: Solo los últimos años el alcoholismo ha sido tratado como una enfermedad. No todas las bebidas alcohólicas producen la misma concentración alcohólicas en la corriente sanguínea. De ellas, el vino es la menos peligrosa. Las zonas productoras vinícolas donde el consumo del vino es mayor, registran el menor índice de alcoholismo.
16- EL VINO Y LA GORDURA: El vino no solo no engorda, sino que puede ayudar a contribuir a la pérdida de peso, siempre que se beba en dosis moderadas. Una copa de vino tinto aporta entre 100 y 150 kilo calorías, pero la diferencia radica en la forma en que el organismo procesa dichas calorías. Las transforma rápidamente en energías, sin que lleguen a convertirse en grasas.
17- EL VINO COMO PROTECTOR: El consumo moderado de vino tiene un doble efecto protector en las enfermedades cardiovasculares. Por un lado está la acción antioxidante, efecto de los polifenoles que contiene el vino. Por otro, la contribución a la disminución del colesterol malo (LDL) y al aumento del colesterol bueno (HDL). El vino contiene más de 800 sustancias, entre sales minerales, vitaminas, ácidos minerales y polifenoles, que son las que resultan beneficiosas para la salud.
18- LO QUE CONTIENEN LOS VINOS: No todos los vinos contienen lo mismo. La capacidad antioxidante de los vinos proviene de los polifenoles y es mayor en los vinos tintos que en los blancos, en los vinos secos que en los dulces. La mayoría de los polifenoles proceden de la piel de la uva y muy pocos de las semillas y de la madera donde se conservan algunos vinos. Por eso los vinos tintos donde las uvas fermentan en contacto con la piel, tienen mayores cualidades beneficiosas.
19- VINO Y DIGESTION: Que el vino es bueno para la digestión se sabe desde los tiempos antiguos. Bebido como aperitivo aumenta la secreción salivar y dispone al organismo para una mejor digestión. Por sus taninos es beneficioso para el tracto gastrointestinal. Estimula las secreciones intestinales y combate el estreñimiento. Facilita la digestión de las proteínas. Además, consumido entre comidas y con moderación, no causa daño alguno a las mucosas gástricas.
20- MAS VINO MAYOR BENEFICIO: No, diferentes estudios demuestran los beneficios protectores que arroja el consumo moderado y asiduo del vino, especialmente en caso de infartos del miocardio, trombosis cerebrales y de otros tipos. Estos gracias a la acción del etanol y los polifenoles. Esos mismos estudios indican que la acción protectora no surte mayor efecto una vez que se supera la dosis diaria de 30 gramos de etanol. En las mujeres el límite es menor, así como en las razas asiáticas e indígenas.
21- VINO Y ESTRÉS: Está demostrado que el consumo moderado de vino retarda el deterioro de las capacidades intelectuales asociadas con la edad. Los que acostumbran a beber regularmente la dosis adecuada, presentan menores niveles de estrés, de ansiedad y de depresión. En resumen los bebedores moderados del vino disfrutan de una mejor salud mental.

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